lunes, 17 de julio de 2017

¿Se puede ser exitoso en los negocios y seguir siendo profundamente cristiano?



A muchos nos toca, nos ha tocado y nos tocará trabajar en lugares donde los únicos valores que conoceremos son los de las facturas, y donde el éxito y el rendimiento, incluso económico, es la vara con la que se mide a las personas, pero hacerlo a costa de nuestros valores y principios ya es distinto.

La prudencia es la virtud de actuar en forma justa, adecuada y moderada. Aplicada a la situación que vamos a presentar a continuación, nos invita a tomar decisiones con calma, analizando las consecuencias.

Ser fiel a la verdad a veces parece ser sinónimo de hacer todo público, cuando es en realidad una invitación a una vida recta, que puede serlo también en privado, sobre todo, cuando debo cuidar también de un prójimo.

Comprometer la palabra es algo muy serio para los cristianos, lo que hacemos tiene que guardar relación con lo que decimos, hemos sido educados para demostrar nuestra fe con obras, y luchar por eso siempre es una virtud.

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