Profesional
responsable y ciudadano comprometido
«[En
nuestra ciudad] nos preocupamos a la vez de los asuntos privados y de los
públicos, y gentes de diferentes oficios conocen suficientemente la cosa
pública; pues somos los únicos que consideramos, no hombre pacífico, sino
inútil, al que nada participa en ella, y además, o nos formamos un juicio
propio o al menos estudiamos con exactitud los negocios públicos, no
considerando la discusión como un estorbo para la acción, sino como paso previo
indispensable a cualquier acción sensata» Pericles
Es innegable que la actividad profesional como tal, sea cual sea ésta,
ocupa un lugar significativo en las sociedades modernas, pudiéndose llegar a
decir que la preeminencia de las clases profesionales es una dimensión
configuradora de las mismas.
Algunas cuestiones de la relación entre profesionalidad y ciudadanía, Pericles
que prologa este texto– que se oponen a esas, a mi entender, inadecuadas concepciones
de dicha relación:
·
El ejercicio
responsable y competente de la profesión es, en sí mismo, un modo concreto, parcial
pero real, de realización de la ciudadanía.
·
La progresiva
y tal vez inevitable profesionalización de determinadas figuras de la vida
ciudadana no sustituye sino, al contrario, ha de posibilitar una mayor y mejor
participación del resto de los miembros de la sociedad.
·
Por último,
diversos ámbitos de la sociedad civil, entre los que se encuentra la actividad
profesional (junto con el asociacionismo, la opinión pública o los agentes
económicos)
II.
La profesión como condicionante de la ciudadanía
Como ya he apuntado, las actividades profesionales
condicionan de manera significativa la vida social, tanto en sus actividades
cotidianas como en su estructura y configuración internas.
1.
Modelos de ciudadanía y profesión
Voy a entender la ciudadanía como la combinación de
los derechos y deberes de diversa índole (civiles, políticos, sociales…) que
configuran y definen el estatus de miembro de pleno de derecho en una unidad
social o comunidad política determinada, habitualmente el Estado.
2.
Las profesiones y la realización de
la ciudadanía concreta
Intentando establecer una relación de incidencia de
la profesionalidad sobre la realidad de la ciudadanía, se pueden formular al
menos tres tipos de vínculo, de influencia de la primera sobre la segunda:
·
La profesión,
todas las profesiones, se nos aparecen, en primer lugar, como un ámbito
privilegiado de ejercicio efectivo de la ciudadanía.
·
En segundo
lugar, bastantes profesiones no solamente son un ámbito de ejercicio de
ciudadanía por parte de quienes las desarrollan, sino que son, también y al
mismo tiempo, educadoras, posibilitadoras de la ciudadanía de otras personas.
·
En tercer
lugar, algunas de las profesiones, por su especificidad, no solamente suponen
la ejercitación propia o la posibilitación ajena de ciudadanía, como ya hemos
visto en los dos casos anteriores, sino que son, más rigurosamente, definidoras
y moduladoras de la ciudadanía.
3.
Las perversiones de la profesión
como destrucción de la ciudadanía
Sin pretender hacer una lista detallada de peligros
que acompañan indefectiblemente a la actividad profesional y ante los que hay
que estar precavidos para no caer en ellos, voy a fijarme en algunos de los más
habituales en nuestro contexto para reconocerlos como auténticos elementos destructivos
de la ciudadanía, tanto de la ejercida por el profesional como de la
posibilitada y generada por su actividad.